Capacitismo en tiempos de guerra
Este texto no se recrea en la miseria humana ni en la violencia, pero aun así ten en cuenta el aviso de contenido.
Aviso de contenido sensible: genocidio, misautismia.
Genocidio en Gaza desde una perspectiva autista
Escrito por Pempox (ella)
La situación actual en Gaza es desoladora: cientos de personas mueren diariamente, ya sea a consecuencia de las bombas que Israel destina a la población, como de hambre debido a la falta de recursos.
Por desgracia, como ocurre siempre en situaciones bélicas, uno de los colectivos que sufre más es el de personas con discapacidad.
Quiero centrarme en este caso en el autismo, pues las personas autistas en este entorno están enfrentando una carga que, de por sí, a personas neurotípicas las está llevando a vivir en el trauma.
Por otro lado, también quiero hablar de cómo podemos gestionarlo las personas en el espectro que vemos todo esto a través de la pantalla, y cómo podemos apoyar esta causa sin dejar nuestra salud mental de lado.
1. También hay autistas en Palestina
Romper con la rutina de alguien autista es causarle dolor. Las guerras lo hacen. Ya no puedes estar en casa, tienes que huir, y ni siquiera tienes la posibilidad de seguir tu rutina tal y como la tenías porque puede poner en riesgo tu vida. Desregular algo tan imprescindible nos lleva perfectamente a un meltdown o un shutdown.
Seguidamente, con la situación de no poder hacer las cosas de la forma en la que tenías costumbre, nos encontramos con la comida: hay escasez de alimentos. No puedes acceder a tus comidas seguras y, si tienes hipersensibilidad a las texturas y sabores, sufres porque comer se te hace muy, muy difícil. Es eso o morir, así que no hay mucha alternativa, pero no evita el sufrimiento.
No existen espacios seguros para regularse, protegerse del ruido de las bombas (sobre todo para quienes tienen hipersensibilidad auditiva), no hay manera de desconectar.
Procesar tanta información lleva al colapso a cualquiera y especialmente a personas autistas, por la propia naturaleza de nuestra neurología.
Es probable que me falten detalles a la hora de explicar las vivencias autistas sumadas al genocidio;
es común que se ignoren las acomodaciones cuando no se tienen cubiertas las necesidades más básicas y todo un ejército te lo impide.
2. Desde el otro lado de la pantalla
En cuanto a las personas en el espectro que estamos como espectadoras ante un genocidio, es probable que sintamos una impotencia descomunal.
Nuestros fuertes valores y la hiperempatía nos pueden llevar al sufrimiento muy fácilmente.
Hay quienes escogen no mirar nada sobre el tema porque les afecta demasiado, y otras que se meten de lleno incluso cuando les afecta negativamente en sus actividades diarias. El pensamiento dicotómico puede hacernos saltar de un estado a otro, o bien mantenernos en uno de ellos.
Si bien es importante cuidar nuestra salud mental, también lo es pronunciarse contra un genocidio. Recordemos que durante el Holocausto el colectivo autista también fue víctima del nazismo.
Y precisamente Hans Asperger fue un médico que, junto con sus ideas, promovió que la misautismia aún hoy en día siga existiendo —considerando superiores a las personas autistas que mejor enmascaran o que son útiles para el sistema capitalista—.
Sentirse mal por un genocidio es normal. Es una situación horrible —no olvidemos lo que ocurre en Sudán y su gobierno, en Congo con el coltán y en China con el pueblo Uyghur—.


a) Consejos para colaborar con la lucha palestina sin comprometer tu bienestar general
La forma más suave de todas, pero que ha demostrado tener un impacto real y muy fuerte, es el boicot a los productos cuyo dinero vaya destinado al asesinato de inocentes. En boycott.thewitness.news puedes encontrar varias marcas.
Comparte contenido libre de imágenes sensibles en tus redes sociales. Muchas cuentas resumen en publicaciones qué está pasando o comunican sobre la situación sin ser explícitas en su mensaje. Esta considero que es la mejor manera de informarse si se es sensible a imágenes de guerra.
Pon un filtro de contenido. Algunas redes sociales permiten poner esto para que ciertas imágenes no se cuelen en nuestro feed.
Dedícate tiempo. Sí, es importante compartir sobre todo lo que está pasando, pero, aunque parezca egoísta, tú eres tu prioridad. No tienes por qué estar constantemente compartiendo o presente en redes sociales. Hablar de ello con tu entorno también es bueno.
Pon un límite. Personalmente he escogido apagar las notificaciones de mis redes sociales y poner un temporizador para no estar más tiempo del necesario. La sobreexposición es mala para nuestra salud mental.
b) “Kit autista” para manifestaciones
Como extra, por si quieres participar en manifestaciones, también te dejo un “kit autista” que he elaborado para mi propia experiencia. Puedes añadir o quitarle cosas según consideres:
Tener bebida y comida de comfort.
Llevar al menos un fidget toy para hacer stimming.
Llevar tapones o cascos con cancelación de sonido para evitar la sobrecarga sensorial.
Mantenerse en los bordes, por si es necesario apartarse de la multitud.
Vestir la ropa más cómoda disponible.
Puede parecer que una situación así es excepcional, pero la realidad es que hay autistas de todo el mundo en esta situación. De acuerdo con la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra, en Oriente Medio y el norte de África se encuentran activos 45 conflictos armados, 35 en el resto del continente africano, Asia cuenta con 21 conflictos en activo, Europa tiene 7 y América Latina contiene 6 conflictos armados.
En el número 3 de la revista Autiblog The Magazine podéis encontrar el texto El lado oscuro, de Andrea Gómez, donde relata lo que fue crecer en Perú con un conflicto civil de fondo.