Hace unos días, me contactó una persona para ofrecerme un supuesto fármaco para “el tratamiento y la medición de mejoras en los rasgos de comportamiento de personas con autismo”. En general, este tipo de mensajes van directos a la papelera, pero, dado su potencial rango de alcance y perjuicio, me he decidirlo a comentarlo aquí.
El texto tiene miga, así que vayamos por partes:
1. La empresa multinivel
Esta empresa se dedica a vender suplementos alimenticios para todo el mundo, siendo su producto estrella el glutatión —del que hablaremos más adelante—. En su propia página web reconocen que es una empresa multinivel.
Este tipo de estrategia se basa en la venta directa: personal no asalariado busca reclutar potenciales distribuidores a cambio de una pequeña comisión. El producto es casi lo de menos.
Esto genera una estructura tipo piramidal en la que cuanto más arriba estés, más dinero ganas, mientras que los últimos en entrar son los encargados de inyectar el dinero que fluye hacia arriba a través de la pirámide.
Si baja el número de reclutamientos, la pirámide cae. Esto siempre ocurre, los de la cúspide se habrán llevado un buen pellizco y el resto deudas y un stock inservible.
Como son distribuidores individuales (es decir, personas individuales), la empresa tiene “sedes” en multitud de países, algo que además les da una imagen de éxito.
2. Marketing
a) Patente
El mensaje y la página web están llenos de una palabra: patente. Lo utilizan como elemento de confianza, como sello de calidad. En realidad, una patente no es más que un registro para poder reclamar tus derechos en caso de que alguien quiera comercializar un producto bajo el mismo nombre o con las mismas características.
Los únicos requisitos de la patentabilidad (aunque pueden variar por países), es que sea:
una invención nueva (no se puede patentar el agua),
original y concreta (tampoco valen ideas abstractas).
Nada más. No es necesario que el invento funcione o tenga sentido, ni mucho menos que tenga evidencia científica o sea seguro de usar.
b) Ciencia
Por otra parte, toda la web y el branding hace referencia a la ciencia como baluarte de sus productos. De hecho, presumen de que se han publicado más de 400 artículos científicos que respaldan la utilidad de suplementos.
Basta con ojear un par para percatarse de que son estudios financiados por ellos mismos, cosa que ni siquiera mencionan como conflicto de intereses. Además de todo eso, abunda la palabrería (para)científica como “anticuerpos”, “antioxidante”, “molecular”, etc, que en ese contexto no significan nada.
3. El truco de los suplementos alimenticios
Los suplementos alimenticios suponen vacío legal en la mayoría de países ya que permite la venta de casi cualquier producto sin tener que presentarlo al correspondiente organismo regulador (FDA en EEUU; AEMPS en España).
En teoría, el hecho de ser un suplemento debería impedir que le atribuyan propiedades curativas a su producto, pero esto se lo saltan por otros canales. Por ejemplo, en sus RRSS tienen el testimonio de un hombre cuya madre se curó de un cáncer terminal gracias supuestamente a estos suplementos. Evidentemente esto no lo pueden poner ni en su web ni en el etiquetado, pero hecha la ley, hecha la trampa.
4. Composición
a) Glutatión
Anteriormente mencionaba que su producto estrella es el glutatión. Esta molécula, muy abundante en nuestras células, es un péptido formado por 3 aminoácidos que cumple un papel clave como antioxidante en nuestro organismo. Estos aminoácidos son: glutamato, cisteína y glicina.
Afortunadamente, los seres humanos somos capaces de sintetizarlo de manera endógena. Esto significa que cada vez que una célula lo requiera, lo puede fabricar a demanda sin necesidad de ingerirlo con los alimentos. De hecho, su biodisponibilidad oral es muy baja: se degrada a su paso por el estómago antes de poder absorberse. Es más, ni siquiera hay un transportador específico.
No obstante, dado que no tiene sentido vender el glutatión tal cual, lo que realmente contiene el suplemento son precursores:
b) Proteína del suero de la leche
Se habla del suero de la leche como si fuese un elemento imprescindible, pero cabe recordar que es el agüilla que se desprende al fabricar queso.
Además, si tienes alergia, estos suplementos te pueden dar un susto.
c) Cisteína
La cisteína forma parte del glutatión. Su déficit es muy raro y, además, ya está presente en nuestra dieta: yogur, carnes, lentejas, etc. Si bien la cesta de la compra ha subido su precio últimamente, sigue saliendo más barato un plato de lentejas que la caja con 30 dosis a casi 100 €.
Y si aun así te empeñases en suplementarla, sus precios suelen rondar los 10 - 20€ cápsulas de 500 mg. La marca en cuestión se ceba muchísimo con los precios bajo su supuesto valor “curativo”.

Dicho esto, de nuevo, el producto es lo de menos. Ahora muchas empresas se centran en el glutatión porque es una molécula menos explotada comercialmente y suena muy novedosa, pero es la misma cantinela de siempre: microbiota, quelantes, etc. Unos pueden tener algo más de fundamento que otros, pero ninguno hace lo que dicen.
5. La cura del autismo
Finalmente, llegamos al hecho más grave: pretenden curar el autismo. Puede sonar repetitivo a estas alturas, pero el autismo no es una enfermedad a curar.
Es una condición hereditaria en la que están implicados multitud de genes, de manera que no hay un gen, molécula o neurona a la que pueda atribuirse el origen del mismo. Tampoco hay un fármaco que reduzca los rasgos del autismo, y mucho menos si todo lo que contiene es suero de leche.
Y hago aquí la siempre pertinente aclaración: si a tu hije le han quitado el gluten y su comportamiento ha cambiado, muy probablemente se deba a que era intolerante e ingerir gluten le estaba causando un malestar. Por lo tanto, nos es que el gluten le estuviera haciendo “más autista” ni que retirarlo de la dieta se lo cure. Lo mismo para cualquier otra intervención.
6. Conclusiones
Estas empresas utilizan dudosas prácticas legales para venderse, compran artículos científicos, crean una imagen de marca confiable, etc., lo que unido a la desinformación por parte de los medios y la desesperación pueden llevar a caer en sitios poco recomendables.
Por eso el mensaje aquí es claro: la mejor manera de no caer en estas estafas es el paradigma de la neurodiversidad. Es decir, entender el autismo como parte de lo que somos y dejar esconderlo o tratar de eliminarlo.
Gracias por la información, da pie a investigar un poco más, nuestros hijos siempre merecen tiempo, incluso para saber que darles y ustedes con este tipo de información nos permiten mejorar nuestro conocimiento respecto a estos temas.
No deberían haberte dicho que cura nada, sino que puede ayudar a mejorar la calidad de vida en ciertas personas con determinadas enfermedades.