Grunya E. Sukhareva: primera descripción del autismo
Hoy se cumplen 131 años del nacimiento de Grunya Efimovna Sukhareva, eminente psiquiatra infantil y pionera en la descripción del autismo.
Esta efemérides me sirve para hacer honor a la figura de esta brillante investigadora que, debido a su condición de mujer y judía en la Unión Soviética, fue ignorada y desterrada de la historia occidental.
¿Quién fue Sukhareva?
Sukhareva (Груня Ефимовна Сухарева) nació en 1891 en Kiev, actual Ucrania, que por aquel entonces pertenecía al imperio ruso. Se graduó en la Escuela Médica de su ciudad natal en 1915 donde trabajó en un hospital psiquiátrico hasta alcanzar el puesto de dirección del Departamento de Psiquiatría del Instituto Psiconeurológico de Kharkov en 1933. Después fundaría la Facultad de Psiquiatría Pediátrica en el Instituto Central de Posgrado en Educación Médica, y fue una figura clave del Hospital Psiquiátrico Kashchenko de Moscú.
Autora de más de 150 artículos científicos y varios libros.
De entre todas ellas destaca la primera descripción clínica del autismo en 1925, que ella misma tradujo al alemán al año siguiente: Die schizoiden Psychopathien im Kindesalter [Las psicopatías esquizoides en la infancia] (1926). Este artículo fue traducido al inglés en 1996, por lo que se sabe de su existencia en el mundo anglosajón desde entonces.
Detalla además las mejoras observadas al aplicar metodologías muy novedosas, que hoy denominaríamos terapia ocupacional, y recabando valiosos datos.
Primera descripción del autismo
Antes de adentrarnos en esos estudios, cabe matizar que el término esquizoide no significa exactamente lo mismo que en la actualidad; hacía referencia a un trastorno de la personalidad siendo el autismo uno de los rasgos característicos. Sin embargo, la propia Sukhareva, ya en sus primeras obsevaciones (1925), dejaba entrever que había algo más:
Nuestras observaciones nos obligan a concluir que existe un grupo de trastornos de la personalidad cuyo cuadro clínico comparte ciertos rasgos con la esquizofrenia, pero que, sin embargo, difiere profundamente de la esquizofrenia en cuanto a su patogénesis.
En ese primer artículo, se describen 5 niños que muestran rasgos autistas. Lo más reseñable no es solo que fuera anterior a la publicación de Hans Asperger de 1938, sino que sus descripciones son mucho más exhaustivas y atinadas que las de Asperger. Es más, las podríamos catalogar de adelantadas a su tiempo, dada su similitud con lo que recogería el DSM-5 más de un siglo después.
Algunos de los rasgos que describía:
Una tendencia al automatismo, que se manifiesta en el apego a las tareas iniciadas y como inflexibilidad psíquica con dificultad de adaptación a la novedad
Comportamiento impulsivo y extraño
Payasadas, con tendencia a la rima y a los neologismos estereotipados (juegos de palabras)
Una tendencia al comportamiento obsesivo compulsivo
Mayor sugestionabilidad
Alteraciones motrices definidas
Sentido de la justicia
Sus observaciones eran tan exhaustivas que incluso apuntó que 3 de los 5 niños autistas que describió sufrían bullying (aun hoy cuesta concienciar sobre este tema).
Las niñas autistas
En una segunda parte de su artículo, recién traducida al inglés, recoge casos de niñas autistas. Sorprende que llegase tan pronto a conclusiones que aún hoy estamos asimilando, como que no hay un autismo distinto dependiendo del sexo:
Los rasgos autistas son igualmente característicos de ambos sexos.
Por último, me gustaría destacar otra afirmación que se encuentra en el apartado de conclusiones:
Los síntomas esquizoides han estado presentes desde la más temprana infancia y no muestran signos de deterioro [...] No hemos podido descartar la influencia de algún tipo de factor exógeno (trauma psicológico, tuberculosis, etc.), pero un factor exógeno no podría explicar satisfactoriamente el cuadro general de la psicopatía esquizoide en ninguno de nuestros casos.
De nuevo apunta a algo que sigue siendo discutido por algunas personas, como es la influencia de factores externos en el autismo. Sukhareva deja claro que no parece estar causado ni por infecciones ni por traumas, es más, se observa desde el inicio del desarrollo.
Conclusión
Con todo ello nos podemos hacer una pequeña idea de la brillantez del trabajo de Grunya Sukhareva: pionero, exhaustivo y siempre con una perspectiva humanista en sus investigaciones.
Sus investigaciones poco o nada tienen que ver con los posteriores estudios de Hans Asperger, mucho más limitados y sesgados. Desafortunadamente, la historia le acabó dando un protagonismo inmerecido a Asperger, y todavía arrastramos algunos de los sesgos de sus estudios. Al punto de que un siglo después estamos reivindicando los básicos que Sukhareva ya había descrito.
Por eso es tan importante hacer honor a su figura, no ya por justicia histórica, sino por lo que podemos aprender de su trabajo. #SukharevaNotAsperger
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Referencias:
Manouilenko, I., & Bejerot, S. (2015). Sukhareva--Prior to Asperger and Kanner. Nordic journal of psychiatry, 69(6), 479–482. https://doi.org/10.3109/08039488.2015.1005022
Simmonds, C., & Sukhareva, G. E. (2020). The first account of the syndrome Asperger described? Part 2: the girls. European child & adolescent psychiatry, 29(4), 549–564. https://doi.org/10.1007/s00787-019-01371-z
Ssucharewa, G. E., & Wolff, S. (1996). The first account of the syndrome Asperger described? Translation of a paper entitled "Die schizoiden Psychopathien im Kindesalter" by Dr. G.E. Ssucharewa; scientific assistant, which appeared in 1926 in the Monatsschrift für Psychiatrie und Neurologie 60:235-261. European child & adolescent psychiatry, 5(3), 119–132. https://doi.org/10.1007/BF00571671
Sher, D.A., Gibson, J.L. Pioneering, prodigious and perspicacious: Grunya Efimovna Sukhareva’s life and contribution to conceptualising autism and schizophrenia. Eur Child Adolesc Psychiatry (2021). https://doi.org/10.1007/s00787-021-01875-7