Use esta información con moderación y no obedezca al algoritmo
En tan solo una semana, he tenido que bloquear a más de 200 individuos que han decidido transmitir mensajes de odio en mi última publicación en redes sociales. No rebusquéis en comentarios porque no los vais a encontrar. Ni siquiera eran seguidores o gente de la comunidad, tan solo randoms.
¿El motivo?
Parece ser que el hecho de que haya una gran proporción de personas autistas que, además, pertenecen al colectivo LGBTIQA+ les genera una incomodidad absolutamente intolerable.
Por si esto fuera poco, en Madrid se estaba usando este dato con fines políticos perversos, para recortar derechos o hacerse viral en redes sociales desde la oposición.
Lejos de pretender echar más leña al fuego y trabajar gratis para susodichos “representantes” políticos, tengo clarísimo un hecho:
Llevo más de 4 años hablando sobre la relación entre autismo y LGBTIQA+ en redes sociales y nunca me había encontrado con semejante reacción. De hecho, creé la revista autista para evitar los fenómenos de censura, shadowban e injusticia promovidos por el algoritmo contra las personas más vulnerables. Hoy me encuentro que son las personas quienes reproducen esos dictámenes.
Si bien es cierto que ahora tengo una mayor audiencia y existe un auge general de corrientes fa-scistas, recordemos que las grandes corporaciones dueñas de las redes sociales, no son poseedoras de una verdad absoluta ni ensayistas de opinión, solo buscan profit económico.
Les activistas no somos responsables del uso pernicioso que le den a nuestros lemas y pancartas.
Porque lo van a usar en nuestra contra, eso está claro.
Lo único que nos queda es seguir divulgando. Así que empezaré con los motivos que, para mí, pueden estar detrás de que haya un grupo poblacional (autistas, en este caso) que, con su mera existencia, desafían la cishetero y neuronormatividad, el binarismo de género y el capacitismo y se enuncian como sujetos deseantes (o no). Esto me parece total y absolutamente loable, digno de mención y de ruptura del status quo que nos oprime a TODES. Es más, es una celebración de la diversidad y un recordatorio de que la interseccionalidad es normal.
Esta info tiene como objetivo crear una narrativa que derrote mitos comunes, envalentone a mis compis autistas y despatologice ambas identidades (LGBTIQA+ y autista).
Así que úsese con moderación y absténgase de convertirla en un mensaje de odio y violencia.
Si ve que no puede sostener la incomodidad, reclúyase en su cámara de eco de preferencia.
Desafiar prejuicios no es para timoratos equidistantes.
SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE LAS VIVENCIAS AUTISTAS Y LGBTIQA+
Aquí va una enumeración de las similitudes y diferencias que he podido encontrar. Naturalmente, la lista no es completa. Anímate a comentar si ves que falta algo (no trolls, porfi).
AC: realidades muy duras, lee con calma si te triggerea
SIMILITUDES:
Siempre hemos existido, pero parece algo “nuevo o moderno”.
Subvertimos la cis-/hetero-/alo-/neuro-normatividad.
Bullying y violencia directa. Por no hablar de la discriminación sistémica e internalización.
Estereotipo encarnado por un hombre cis blanco. (¿Acaso los medios de comunicación optan por la versión más digerible?)
Necesidad de salir del armario y dar explicaciones de forma constante. Premio especial a la salida ante tu familia.
Cuestionamiento y comparación: “no lo pareces”, “es una fase”, “¿no podrías cortarte un poco? Estás llamando la atención”, “estás confundida, ya se te pasará”…
Tokenización: “si lo sabré yo, que el hijo de la sobrina de la vecina es…”, “yo sí puedo hacer estas bromas”, “tenemos una charla organizada por gente ajena a la comunidad y queríamos que aportases tu testimonio gratis”…
Silenciamiento y ocultación. “En tu casa haz lo que quieras, pero no se lo digas a las tías que ya son muy mayores y no lo van a entender”, “¿Vas a salir así a la calle?”, “¿Autista? ¿tú? IM-PO-SI-BLE, de peque solo hacías X, Y, Z, pero mira que normal te ves ahora”…
Pinkwashing y neurodiversidad performativa (más en el artículo de Antía Álvarez para el N6 de la revista).
Todo el mundo parece tener una opinión al respecto. Con especial hincapié en la figura del experto.
Desprecio familiar. En autistas, 4 de cada 5 no son aceptades por su familia según datos de la encuesta a 118 autistas adultes para el N5 de la revista autista.
También es la principal causa de sinhogarismo de personas LGBTIQA+ en España. En Madrid, el 55% de las personas sin hogar son LGBTIQA+ según un estudio sociológico llevado a cabo en el 2019. Si buscamos datos de autistas en situación de sinhogarismo, encontraremos que un 12,3% cumplen criterios diagnósticos y que otro 8,5% adicional muestran rasgos (Churchard et al., 2019).
Existencia amenazante, pero que realmente no hacemos daño a nadie.
Interseccionalidad con otras realidades: racializades, mujeres, infancias, migrantes, etc. (Crenshaw, 1991)
Cis-passing y camuflaje o masking.
Crono-normatividad. Las personas LGBTIQA+ suelen experimentar etapas vitales asincrónicas con respecto a sus pares cishetero, algo que se llama queer time (Freeman, 2010) y que en los estudios sobre discapacidad tiene su homólogo en el crip time (Kafer, 2013). Más sobre esto en el N8 de la revista autista.
Fetichización (como el arquetipo “manic pixie dream girl”) y trabajo sexual. Es una realidad en ambas comunidades.
Tasa de desempleo mayor que la población general: 80-90% en autistas y 17% en LGBTIQA+
Discriminación positiva. Como necesidad que no se cumple.
Leyes de control de la identidad (dificultades en procesos burocráticos como cambios de DNI, solicitud certificado discapacidad, etc.)
Matrimonio LGBTIQA+ solo está reglado en 39 países, mientras que en algunos de estos mismos países, las parejas discas no se pueden casar sin perder ciertas ayudas o asistencia. Y en los matrimonios de conveniencia (lavanda) o correccionales ya ni entramos.
Descendencia. En España, hasta el año 2020 se ha esterilizado forzosamente a 1 persona discapacitada cada 3 días, mientras las personas trans con vulva experimentan barreras para ir al ginecólogo, lo que compromete su salud sexual y reproductiva, por poner un ejemplo.
Mayor tasa de suicidios que la población general. Es causa de muerte 6,3 veces más para hombres autistas y 13 veces más para mujeres autistas (Hirvikoski et al., 2016). Mientras que en personas LGBTIQA+, estaríamos hablando de 4 veces más de intentos de suicidio que sus pares heteros. Estas cifras se incrementan en el caso de personas racializadas. Tan solo durante el 2022, se intentaron suicidar 1 de cada 4 personas negras trans (sobre un estudio de casi 34.000 personas). Finalmente, estos datos se incrementaron todavía más tras la aprobación de leyes anti-trans en EEUU (Lee et al., 2024)
El lamentable papel de la ciencia y la biología como arma arrojadiza y de discriminación. (Pero para lo que queremos no hacemos caso a la APA que recomienda el uso del lenguaje de preferencia por la comunidad).
Patologización: DSM y terapias de conversión, donde encontramos también el ABA (inventada por el mismo señor Ivar Lovaas, para tratar ambas condiciones, juntas o separadas).
Referentes. Compartimos referentes como:
DIFERENCIAS:
1. “Born this way”
Si bien se ha usado este slogan como parte del colectivo LGBTIQA+ para evitar discriminación, lo cierto es que se queda corto a la hora de cuestionar la construcción del deseo sexual o que ciertas culturas integren otros géneros como las Muxes zapotecas. Algo que sin duda nos insta a decolonizar nuestros conocimientos.
Por otra parte, Lisa Diamond sostiene que
respetar las vidas humanas no debería estar supeditado a que exista una razón lógica para hacerlo,
como: “he nacido así, no lo puedo evitar”.
Además, si bien es un slogan que ha ayudado en gran medida, desprecia a todas aquellas personas que no encajan en el estereotipo porque descubren su orientación/identidad más tarde en la vida o porque a veces sí era una fase.
En cambio, hay bastante consenso sobre los orígenes genéticos y biológicos del autismo, por lo que las personas autistas sí que podemos decir con certeza que hemos nacido así.
2. Paternalismo, asistencia, adaptaciones y discapacidad.
El autismo es una discapacidad. Como todas las discapacidades es fluctuante y está influenciada por factores sociales, como el lugar donde vivas y el número de ceros en tu cuenta bancaria, por mencionar un par. Pero no por ello dejamos de necesitar colaboración por parte del entorno: entender algunas expectativas sociales neurotípicas o el descanso sensorial son requisitos indispensables que no encuentro su equivalente en el colectivo LGBTIQA+ (aparte de respeto, que eso lo doy por sentado para cualquier ser humano).
Además, como personas discas es habitual requerir el reconocimiento legal de nuestras dificultades para poder acceder a ciertas adaptaciones (como usar canceladores de sonido en los exámenes), algo que puede tener su paralelismo en el DNI de personas trans para acceder a ciertos servicios, pero que sin duda dista mucho de la experiencia LGB.
Por otra parte, BLK señala que la discriminación cuir es conceptual (social, cultural, religiosa, etc.), no siendo el entorno quien te discrimina, sino las personas. Así, pareciera que el devenir histórico ha llegado a un consenso global para dañarte. Podríamos decir incluso que te discapacita la exclusión por una discriminación consciente, activa e intencional.
Por último, es casi imposible que llegue a desaparecer el autismo del DSM (opinión personal). Sospecho que nos quitaran a quienes tenemos menores necesidades de apoyo para reducir el número de diagnósticos, pero la narrativa de epidemia es demasiado poderosa y lucrativa.
También en parte por esto decía antes que es habitual y hasta previsible que usen nuestros propios eslóganes en contra, si afirmamos que el autismo no es una enfermedad, siempre habrá quien responda que no representamos a toda la comunidad y así con una serie de cosas… No sé, ¿y qué le vamos a hacer?
Supongo que lo único que queda es ir adaptándose a los tiempos e ir modelando nuestros discursos para asegurarse que no dejan a nadie fuera.
Lo que está claro es que no nos podemos quedar callades ni aceptar que nos culpabilicen por existir y reclamar nuestro lugar en el mundo.
CONCLUSIONES:
Todas las similitudes arriba especificadas son cuestiones sociales. Es decir, ni tan siquiera hablamos de que haya una naturaleza intrínseca en personas autistas a pertenecer al colectivo o viceversa. Se tratan, en su mayoría, de experiencias de origen social acrecentadas por el estrés de minorías.
En conclusión, las experiencias vitales de personas LGBTIQA+ y autistas pueden llegar a parecerse, tanto es así que el 69% de las personas autistas son LGBTIQA+ (George & Stokes, 2018) (lo que no significa que la mayoría de las personas LGBTIQA+ sean autistas) y 1 de cada 7 autistas son trans (Walsh et al., 2018).
Los motivos de dicha intersección los expliqué en detalle el año pasado:
Autigénero: Guía definitiva 2024
Cada vez que me encuentro con una definición de autigénero se la envío a B. Y casi nunca le gusta. A veces le parece demasiado corta. Otras, incompleta. Siempre les falta algo. Y puede que sea así, por eso me he propuesto aportar algo de luz al asunto, sin perder de vista que todavía es un concepto en construcción.
Todos tus escritos son MARAVILLOSOS. GRACIAS por tu trabajo porque es espectacular. Tanto conocimiento, fuerza, respeto...