Sectas y autismo
AC: abuso psicológico, emocional, sexual, espiritual, sectas
“Una secta es como el porno. Difícil de describir, pero cuando la ves, lo reconoces”. Libro "¡Captados!" de Miguel Perlado.
Este es un texto que llevaba tiempo queriéndolo hacer, pero no ha sido fácil. Como deduciréis por el título, voy a hablar de sectas, también conocidas como grupos de manipulación coercitivos, es decir, un grupo de personas que te presionan para hacer cosas que no querías en un inicio. Pero yo prefiero llamarles secta para que nos entendamos.
Lo primero que hay que decir es que una secta no es lo que muy probablemente tienes en mente. O sí, pero no solo. La imagen de un grupo cerrado, oscuro y que procesa culto a una idea o figura es solo lo que vemos, la punta del iceberg.
SECTAS = ABUSO + IDEOLOGÍA
Conviene matizar que cualquier persona puede ser susceptible de ser captada, ya que cualquier grupo social puede tener dinámicas sectarias.
Esto no significa que todos los grupos sean sectas,
pero sí que hay algunos grupos cuyos miembros comparten una ideología y se da una serie de abusos en ellos.
No obstante, lo que realmente vertebra una secta no es esa ideología inicial y compartida, como puede ser una creencia religiosa o un ideal social, sino las dinámicas de poder.
¿Quién tiene realmente el poder?
En toda secta hay una pirámide de mando, una jerarquía. Da lo mismo si cacarean una supuesta equidad entre sus miembros, el líder siempre estará en la cúspide. Debajo del líder se encuentran teóricamente sus personas de confianza, su círculo cercano; es decir, ascender en la pirámide supone ganarse su confianza, algo a lo que mucha gente dentro de la secta querrá aspirar a ello.
Toda esta estructura no se sostiene si el líder no es alguien capaz de engatusar a las gentes. Y sí, digo el líder y no la lideresa o le líderese, no es un despiste. El patriarcado juega un papel crucial en la sumisión de las personas captadas, da igual realmente el género de la persona que está arriba -aunque, todo sea dicho, en su mayoría son personas socializadas como hombres-, puesto que el modo de aplicar ese poder tiene que ver con el control y una demostración de fuerza autoritaria.
(Segunda temporada de Fleabag: “Tan solo creo que quiero que alguien me cuente cómo vivir mi vida, Padre, porque creo que no lo he entendido y lo hago mal”).
¿SOMOS LES AUTISTAS MÁS VULNERABLES PARA CAER EN SECTAS?
Leyendo el libro de M. Perlado (“Captados”) me he dado cuenta de que las características autistas nos vuelven en personas especialmente vulnerables. Es por ello que voy a intentar hacer una lista de los rasgos autistas y como estos pueden ser usados para captarnos en sectas o grupos de manipulación coercitiva.
Al principio todo es previsible y lógico. Las normas sociales consisten en una serie de reglas explícitas (seguro que demasiadas) y las rutinas y rituales pueden ser bienvenidos por nuestra parte. No obstante, en las sectas se suelen aplicar unos castigos si no las cumples. Suelen seguir una lógica aplastante o castigos como una “caza de brujas” para que te posiciones y demuestres tu lealtad al grupo. Muchas veces, esta lealtad se materializa haciendo cosas que inicialmente no querías hacer, como acostarse con el líder, pero temes que te señalen y crucifiquen.
No vemos el bosque, solo un conjunto de árboles (procesamiento bottom-up). Normalmente las sectas tienen muchos elementos pequeños en común que conforman una imagen completa y que nos puede costar captar en su conjunto.
Líder con capacidades sociales al que idolatrar y admirar (por capacitismo interiorizado).
Infantilización de sus adeptos. Y es que la sobreprotección en la familia de crianza y problemas intrafamiliares es un factor de riesgo para que te capten. Algo que desgraciadamentes es habitual y estamos acostumbrades a que nos infantilicen.
Disfunción ejecutiva: la dificultad para elegir entre muchas opciones te viene resuelta cuando deciden por ti o te presentan una frase a modo de mantra de fácil repetición, pero carente realmente de significado. Por ejemplo: “Soy una fuente, corre como el agua”. Puede haber una ecolalia de mantras.
Compromiso fuerte con nuestro valores e iniciativas, que se verán alineadas con las del grupo.
Infodumping. Nos puede costar identificar qué cosas pertenecen a nuestra vida privada personal y no debemos contarlas al primero que pase. Sin embargo, es habitual que en una secta no haya secretos ni límites personales. Se dan largas sesiones de contar tus intimidades al resto de personas, algo que permite la monitorización continuada y el control. Además, si intentas salir usarán tus secretos en tu contra.
Otro factor de riesgo son las adicciones, algo habitual en personas neurodivergentes. Se siente una emoción única provocada por la adrenalina.
Idealismo y alto sentido de la justicia. Las personas adeptas creen fielmente en el ideal utópico que la secta les propone.
Contacto con la naturaleza como método de aislamiento y ocultamiento, mientras que a nosotres nos suele sentar bien como desahogo sensorial.
Comunidad y sentido de pertenencia.
Bombardeo amoroso y acoso inicial para captarnos. Si nos han dicho de todo a lo largo de nuestra vida, es común que queramos pensar que ese bombardeo amoroso es cierto y que, por fin, nos aceptan. Algo que, por otra parte, se puede volver en nuestra contra cuando se realizan una serie de humillaciones y vejaciones, que tenemos normalizadas y no nos saltan las alarmas.
La falta de sentido de la identidad (nos han negado toda nuestra vida la identidad autista per se) suele continuarse con una reinterpretación de la historia personal.
No puedes salir del grupo bajo la amenaza de graves consecuencias si lo haces: amenazas, humillaciones… que aunque no vayan a ocurrir, te las crees por tu interpretación literal, ingenuidad/credulidad. Es decir, te crees las promesas del líder.
Modificación de nuestras creencias y conductas “para encajar”. Igual que el ABA. Entendemos la personalidad como una máscara, y podemos adoptar la identidad de grupo más fácilmente.
No saber poner límites (y miedo a hacerlo por aprendizaje social). Recuerdo que “No” es una frase completa, no le debes explicaciones a nadie.
Dificultad para entender lo que está ocurriendo a nivel social a nuestro alrededor y una serie de dinámicas de poder y manipulaciones.
Alexitimia: si tienes problemas emocionales y los somatizas, te costará identificarlos a tiempo
70-90% de desempleo en población autista adulta, ¿a dónde vas a ir si logras salir? Muchas veces tampoco tenemos hogar o no nos sentimos amparades en casa, según la encuesta realizada en el último número de la revista autista.
Aprender fácilmente doctrinas y teoría de la secta con hiperfoco.
Te venden que eres especial porque perteneces a ese grupo. Además sabes que siempre te han tratado de raro/rara/rare, así que nos encaja con nuestra auto-imagen.
Te aíslan creando un “nosotres” versus “elles”, que tampoco es real al 100% porque la vida tiene matices. Pero tendemos al pensamiento blanco-negro. Además, coocurrencias como la esquizofrenia pueden afianzar las ideas paranoides de: “nos persiguen, van contra nosotres”.
En las sectas se justifica e incentiva una rupturas psicológicas/emocionales (meltdown) como un avance en tu proceso de sanación. Y es habitual que creamos que necesitamos una cura para ser como somos.
Dificultades para gestionar el dinero y las finanzas personales pueden dar lugar a que te lo gastes todo en la secta, pero realmente piensas que es por un bien mayor, osea que en tu cabeza está justificado
Una forma de maltrato habitual (se extiende a relaciones interpersonales) consiste en controlar, restringir y limitar el acceso a necesidades básicas: dormir, comer, abrigo, etc. Se suele hacer bajo el pretexto de que “aquello que se hace es muy importante y requiere largas jornadas de trabajo no remunerado” o que “ayunar te desintoxicará”. Algo que quizás nos cueste identificar porque muches tenemos insomnio, TCA o no percibimos si sentimos frío o calor.
El lenguaje juega un papel en la identidad, aislamiento, humillación y falta de comprensión con el exterior. Es decir, te pueden insultar en su jerga interna pero que no lo parezca a ojos externos. Esto te aísla y sientes que no te entienden fuera de la secta. Algo que, por otra parte, es habitual en autistas por la teoría de la doble empatía (Damian Milton). Nadie sabe lo que ocurre dentro realmente, y si lo tratas de explicar se te quedan cortas las palabras y tu discurso suena vago, laxo e indescifrable.
Es común el trauma y la disociación en autistas, lo que me hace pensar que tenemos más susceptibilidad para entrar en estados alterados de consciencia (hipótesis propia).
El entorno te culpabiliza si te adoctrinan: “Siempre fue un(e) freak”, en lugar de ayudarte a salir. (No se ayuda a salir a nadie diciéndole que está en una secta porque lo negará y se pondrá a la defensiva, lo mejor es pedir ayuda especializada y profesional).
Cualquier persona puede ser víctima de una estafa o un reclutamiento sectario, sin embargo, intento demostrar mi hipótesis de que las personas neurodivergentes (y en especial autistas) somos más vulnerables.
En definitiva, necesitas una red de apoyo brutal que te dé soporte para salir de una secta.
Es más difícil que desapuntarte del gimnasio, y no es casualidad.
P.D: Aquí he dado una serie de opiniones personales que pueden irritar a algunas personas. Si me pasase algo, ya sabréis quién ha sido ;)
Para leer más:
¡Captados! de Miguel Perlado.
Cultos de Amanda Montell.
Tamayo en youtube